Las energías renovables pueden ser clave para permitir la recuperación económica a largo plazo tras la crisis ocasionada por el Covid-19

El año pasado, España logró superar los 6 GW en energías renovables, siendo 459 MW de autoconsumo solar.

Gracias a este logro, nuestro país está entre los diez países del mundo con mayor capacidad renovable, según datos de Irena (Agencia Internacional de Energía Renovable). A medida que han pasado los años y se ha concienciado más a la sociedad sobre el uso de las renovables y sus beneficios, el sector se ha convertido en la alternativa más segura. Representa actualmente más de la mitad de la capacidad de generación instalada en nuestro país, según el Informe del Sistema Eléctrico Español de 2019.

Sumado a esto, las energías renovables están contando cada vez más con ayudas y subvenciones. Esto permite ayudar a hacer estas inversiones a todo el que esté dispuesto; por no hablar de que cada vez la tecnología es más avanzada y los plazos menores.

Cómo afecta la crisis al sector de las renovables

Sin embargo, la crisis que se ha generado por el avance del coronavirus ha afectado directamente a las energías renovables. La pandemia pondrá por delante una serie de urgencias económicas y sociales que se deberán solucionar de manera inmediata, haciendo que las inversiones en energías limpias se aplacen.

A corto plazo, por tanto, es normal que el sector vea cómo su actividad se frena. Sin embargo, esto no significa que el buen avance que estaba teniendo se pare por completo. Las inversiones en energías renovables siempre son a largo plazo, tanto en su puesta en marcha y ejecución como en su rendimiento y compensación. Por tanto, se espera que las inversiones en proyectos renovables sigan dando frutos tras esta crisis, y serán una apuesta segura.

A corto plazo será la demanda la que se vea más afectada, seguida del descenso de precios del mercado eléctrico. Esta caída de la demanda, como se ha dicho, se recuperará. Después de todo, el desarrollo de energías renovables es una apuesta económica y estratégica, que permitirá la recuperación a largo plazo de la economía. Todo ello gracias al ahorro que suponen y a la recuperación de la inversión realizada en un plazo de tiempo bastante corto.

Las inversiones a largo plazo en renovables serán por esto inversiones inteligentes, ya que el ahorro en facturas eléctricas que suponen, la amortización de las inversiones en sólo 3-5 años, y la larga vida de las instalaciones (en torno a los 25 años) significa que son el futuro de la energía. Además, hay que tener en cuenta los beneficios medioambientales que suponen. Esta crisis nos ha hecho ver el daño que le estábamos haciendo al planeta en nuestro día a día. El parón de desplazamientos y actividad industrial ha hecho que la contaminación haya disminuido en cantidades enormes, que la naturaleza se haya abierto paso donde antes no se atrevía a entrar. La inversión en renovables ayudará a que este aspecto de la pandemia no caiga en el olvido, y permita que el planeta siga respirando.

Las pymes y las bonificaciones

Lo que es necesario ahora, como conclusión, es que se hagan bonificaciones y se sigan prestando ayudas a aquellas empresas que quieran seguir apostando en esta situación por las renovables, ya que en el caso de, por ejemplo, la energía solar de autoconsumo, son pequeñas y medianas empresas las que contratan estos servicios a otras pymes que se los ofrecen.

Debemos seguir apostando por las energías renovables, porque en ellas está el futuro de la energía, de la economía, de la sociedad y del planeta.


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